Camila Alvarado, ex alumna Culinary: “Muchas veces la gente se limita a pensar que, si uno estudia una carrera como ésta, estará obligada solo a cocinar”

A su corta edad, la profesional de las artes culinarias ya ha surcado diferentes contextos laborales entre los que destacan la docencia, el trabajo en restaurantes y los primeros pasos de su propio negocio.

Oriunda de Coyhaique, Camila Alvarado, se define como una persona “alegre, sociable, trabajadora e hiperactiva. Me gusta hacer actividades que me mantengan en constante movimiento”. La joven profesional también nos contó que, “últimamente me he dado cuenta que me gusta mucho realizar clases y por sobre todo, enseñar”.

La joven cocinera, una vez finalizado sus estudios en Culinary tuvo la oportunidad de encontrar casi inmediatamente su primera plaza laboral. “Apenas me titulé encontré trabajo en un proyecto muy entretenido que constaba en la apertura de un restaurant”. Experiencia que retrata “como muy buena porque siempre había trabajado en lugares que ya estaban en marcha y uno se sumaba simplemente. En este proyecto estuve poco más de un año, donde me enseñó a ver la otra cara de la moneda, y trabajar en el diseño de cartas, con proveedores, realizar inventarios, llevar a cabo contrataciones de personal, estandarizar recetas y generar nuevos productos”.

“De ahí me fui feliz, aprendí mucho y agradezco la oportunidad por la confianza brindada ya que me encontraba recién titulada y no tenía mucha experiencia. Sin embargo, no me sentí cómoda en Santiago por lo que decidí venirme a vivir al sur”.

La docencia como opción profesional

Una vez en el sur, Camila aterrizó en Puerto Montt, donde optaría por un camino laboral diferente al surcado hasta la fecha, pero que la llenó de gratificaciones, sorpresas y buenos momentos. La profesional de las artes culinarias se encuentra realizando capacitaciones en un programa de gobierno llamado “Más Capaz”, instancia que busca la inserción laboral de personas con capacidades diferentes tanto a nivel físico como cognitivo.

“Las clases fue algo que me encantó, descubrí que mi amor por enseñar era tan grande como el cariño que le tengo a la cocina. Sin duda, ha resultado una experiencia que me ha ayudado a desarrollarme profesionalmente y de manera personal. Mi tarea era que ellos se lograran desarrollar como auxiliares de panadería y pastelería. En este contexto, me asombró ver como ellos son capaces de aprender todo lo que se propongan, teniendo en cuenta el amor y la paciencia”. 

Los primeros pasos hacia el emprendimiento

Alvarado al momento del volver al sur se encontraba sin trabajo, por lo que decidió ofrecer cenas navideñas a la gente que conocía. “Empecé a vender cenas para estas festividades (navidad y año nuevo). La respuesta de los clientes fue positiva, lo que significó que se corriera la voz. En la actualidad, me dedico a vender postres, tortas y comidas preparadas”.

“Pretendo abrir mi propio emprendimiento ya que la llegada a sido positiva, es más mis clientes han ido incrementado y con el tiempo se han sumado más y más. En este momento ya tengo un taller en mi hogar para la producción”.

Las motivaciones para estudiar una carrera no convencional

“Nunca fui mala alumna, y siempre me destaqué en el área humanista en el colegio, por lo que pensé seguir una carrera profesional ligada a ese rubro. Siempre me gustó la cocina, pero nunca lo vi como una opción ya que desconocía que existían lugares que tuvieran la gastronomía en un nivel alto y profesional. Es así como, cuando estaba en tercero medio escuché de Culinary, y me puse a investigar. Me encantó enseguida, revisé la malla y me dio seguridad, porque –hasta ese momento- no sabía si me llegase a gustar la pastelería, la cocina o la administración, por lo que la carrera me permitía aprender de todo para luego poder definir lo que quería hacer. Me encontré con una malla completa y entretenida”.

Camila, inició sus estudios en Casa Central Santiago, donde cursó los primeros tres años para posteriormente culminar su estadía en la Sede de Viña del Mar. “Tuve la posibilidad de tener muy buenos profesores, además de la calidad de las materias primas, la infraestructura del lugar y al ser pocos alumnos podíamos hacer las cosas de forma individual. Otro punto que me llamó la atención fueron las prácticas profesionales y la opción de poder realizarlas en el extranjero; además de las redes de contacto que permiten conocer y realizar pasantías en los mejores restaurantes y hoteles”.

Camila es enfática en destacar lo amplia que puede llegar a ser la carrera. “Muchas veces la gente se limita a pensar que, si uno estudia una carrera como ésta, estará obligada solo a cocinar. Sin embargo, el campo laboral es muy amplio que van desde la docencia y/o realizar tu propio emprendimiento; es más mi marido –que también estudio en Culinary- se encuentra administrando una empresa gastronómica”, señaló la oriunda de Coyhaique, Camila Alvarado.