COLUMNA: Enoturismo en Chile

Las virtuosas tierras chilenas han convertido a nuestro país en una verdadera potencia comercial vitivinícola.

Por Francisca Marzá Jiménez,
estudiante de Administración de Negocios de la Industria del Vino

El vino ha sido desde tiempos antiguos un producto apetecido por muchos, quienes sintiéndose atraídos por su sabor, aroma, mística y pasión, han mantenido hasta hoy esta industria que sigue vigente en nuestro país. Esta demanda ha significado nuevos desafíos y si bien las viñas han sabido evolucionar, es hasta hace poco, que se han preocupado de buscar nuevas formas de desarrollarse para atraer y fidelizar a sus clientes.

Internacionalmente, Chile está en su mejor momento, crece en imagen como productor de vinos, crece en exportaciones, gana premios y auspicia eventos importantes, siendo cada vez más un país reconocido por la calidad de sus vinos.

En el enoturismo, que no es más que turismo relacionado con la actividad vitivinícola, en donde las personas pueden conocer como es el funcionamiento de la viña y sumergirse en la elaboración del producto, donde se puede englobar desde la gastronomía hasta la oferta hotelera. El objetivo principal de esta actividad es la promoción de los productos y las viñas, donde el turista es la clave del desarrollo.

El Enoturismo se aprovecha de estas cualidades, para hacer vivir una inolvidable experiencia a los amantes del vino y a aquellos que recién se están interiorizando un poco más en este mundo. La idea, es impulsar el desarrollo de nuestro país como un destino turístico de vinos excepcional, trabajando fuertemente con las industrias del vino y del turismo, junto a organismos públicos y privados.

Las Rutas y viñas, al igual que toda empresa, deben desarrollar ventajas competitivas en base a la innovación, preocupándose siempre de satisfacer de la mejor forma las necesidades de los turistas. Cada destino enoturístico debe potenciar su cultura y patrimonio para lograr una autenticidad en la oferta, y así ofrecer una experiencia con gran valor agregado y diferenciada de las demás existentes.

Siendo este nuestro producto emblemático, llegando a la mesa de más de 1.800 millones de consumidores, es el embajador natural de nuestro país, y según los últimos estudios de Fundación Imagen de Chile, constituye a una gran oportunidad para utilizarlo como plataforma y así potenciar nuestra imagen. Finalmente pienso que es aquí donde tenemos que hacer conciencia de la riqueza que poseemos, y que, además de ser una gran atracción a nivel mundial, estamos frente a un modelo de negocios que deberíamos explotar y aprovechar aún más.